Kenia está revisando su prohibición de 2012 sobre el cultivo de maíz genéticamente modificado, ya que más de 1 millón de sus ciudadanos necesitan asistencia alimentaria humanitaria urgente debido a la sequía prolongada.
"En los próximos uno o dos meses, decidiremos sobre la futura prohibición", dijo el profesor Hamadi Mboga, secretario jefe del Ministerio de Agricultura del país, que supervisa la investigación agrícola.
La decisión determinará si los agricultores de Kenia finalmente podrán acceder y plantar semillas genéticamente modificadas (GM) mejoradas. Los temas de seguridad alimentaria están en la agenda de las reuniones gubernamentales.Los estudios muestran que la demanda de maíz como producto básico está creciendo, y la población del país es de 48 millones de personas. Según las previsiones, una persona consume una bolsa de maíz por año, y la demanda supera rápidamente la oferta. El profesor Mboga asocia la baja producción de maíz con sequías, plagas y enfermedades.
"Producimos dos toneladas métricas de maíz por hectárea, mientras que el estándar mundial es de 12 toneladas métricas por hectárea", dijo el profesor, explicando por qué Kenia actualmente está estudiando biotecnología como un medio para aumentar la producción y la seguridad alimentaria.Kenia ya ha completado los ensayos de campo confinados con maíz transgénico (CFT). El cultivo pasará a la etapa de Pruebas de rendimiento nacional (NPT) después de ser aprobado por las autoridades reguladoras estatales pertinentes.